La oleada de avistamientos
de objetos voladores no identificados (OVNI) registrada en Argentina y Chile
declinó la pasada semana en sus hasta ahora últimos coletazos. En las Cataratas
del Iguazú, en la raya fronteriza entre Brasil, Argentina y Paraguay, un ovni
ovoidal dotado de tres patas pudo ser contemplado por cientos de personas y
detectado por el control de tráfico aéreo brasileño de Foz de Igúazú.El
platívolo recorrió durante horas el Estado brasileño de Paraná y la provincia
argentina de Entre Ríos.
En Santiago de Chile se.
produjeron fenómenos auditivos de gran intensidad, atribuibles, como hipótesis,
por astrónomos de la universidad de Chile a objetos voladores no identificados;
la Dirección Meteorológica precisó que los tres grandes estampidos no eran
fruto de ningun fenómeno atmosférico, la policía negó que se hubieran producido
explosiones en tierra, el Ejécito desmintió que fueran ocasionados por
prácticas artilleras y la Fuerza Aérea aseguró no tener ningún aparato de
reacción ultrasónico en vuelo cuando se escucharon las explosiones.
Búsqueda del meteorito
Por lo demás, continúa la
búsqueda -en los cerros Calchaquíes, de las provincias norteñas argentinas de
Tucumán y Salta- del meteoro caído en la zona el pasado 18 de agosto. Los
reconocimientos aéreos han resultado infructuosos por lo revuelto y arriscado
del terreno, con valles cubiertos de niebla espesa.
Puede tardarse semanas o
meses en explorar a lomos de mula la ,vasta zona donde pudo haber caído el
meteoro.
Baste describir que en estos
desolados territorios desapareció una de las más desdichadas e ignotas
guerrillas latinoamericanas de los años sesenta. Jorge Ricardo Masetti,
periodista argentino, uno de los fundadores de Prensa Latina, organizó un foco
guerrillero en Salta bajo el apelativo de Comandante
Segundo: el Comandante Primero sería el propio Che. Masetti y sus 30
hombres, tras algunos combates inciertos con el Ejército argentino, se
internaron en estas montañas deshabitadas y no volvieron a aparecer jamás.
Autoridades aéreas y
meteorológicas descartan que pudiera tratarse de un accidente de aviación o de
un fenómeno óptico o meteorológico y las policías salteña y tucumana han
recabado suficientes testimonios coherentes y distantes, como para apreciar su
veracidad, sobre la caída de un objeto celeste. Dos expertos estadounidenses de
la NASA han llegado a San Miguel de Tucumán para recabar información.
Habitantes del poblado
tucumano de Hulinchy han relatado que lo primero anormal que pudieron detectar
fue la reacción de los animales domésticos. Las gallinas, despavoridas,
intentaron alzar su imposible vuelo hacia los árboles, y los perros comenzaron
a llorar.
Momentos después, cayó
lentamente una bola de fuego que sacudió las entrañas de la tierra en dos
provincias y en 150 kilómetros a la redonda.
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