5/8/85

Víctor Paz pacta con la izquierda para volver a la presidencia de Bolivia (5-8-1985)

El acuerdo alcanzado ayer en el Congreso boliviano entre el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), de Víctor Paz Estensisoro, y el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), de Jaime Paz Zamora, dejaba la jefatura del Estado en manos del primero, frente a su rival, el general ex dictador Hugo Bánzer. A la una de la madrugada, hora de Madrid (seis horas menos en La Paz), se daba por descontada la elección de Víctor Paz como nuevo presidente boliviano, pero la votación final se retrasaba hasta muy entrada la madrugada de hoy.

El Movimiento Nacionalista Revolucionario Histórico (MNRH) del ex presidente Paz Estenssoro, había alcanzado acuerdos políticos con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), de su sobrino Jaime Paz, con el Movimiento Nacionalista Revolucionario de Vanguardia (MNRV) y con el Frente del Pueblo Unido (FPU) para frenar el acceso del general Bánzer al poder. Los 51 diputados y senadores de la Acción Democrática Nacional, de Bánzer, ya se habían retirado de sus escaños en la mañana durante las votaciones para la elección de presidentes del Senado y del Congreso. Estos cargos fueron otorgados, tras pactos previos, a un senador del MNRH y a un diputado del MIR. Para los seguidores de Bánzer, está funcionando el rodillo de la izquierda, que impide reflejar su triunfo minoritario en las urnas.En la plaza de Murillo, frente al Congreso y al Palacio Quemado, cientos de militantes de ADN y del MNRH, hasta con una fanfarria musical y vigilados por las tropas, aguardaban en la noche de ayer la decisión de la asamblea de diputados y senadores. Se esperaba que los tres primeros partidos ofrecieran su candidatura presidencial, obligando a una segunda votación entre Bánzer y Paz Estensoro, ya sin ninguna posibilidad para el primero.

Paz Estenssoro logró en los pactos superar el listón de los 79 votos que previsiblemente le iban a da la presidencia. Bánzer fue el candidato que más votos populares logró en las elecciones, pero obtuvo menos escaños que Víctor Paz.

De confirmarse, éste sería el cuarto mandato presidencial de Paz Estenssoro, que ya ocupó el cargo en los períodos 1952-1956, 1960-1964 y del 6 de agosto al 4 de noviembre de ese último año. Paz Estenssoro ha ofrecido a su sobrino un conjunto de responsabilidades en su nuevo Gobierno, facilidades políticas y la presidencia de la Cámara baja en la persona del diputado del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) Gastón Encinas, que resultó elegido con los votos del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). Tras este acuerdo, Paz Estenssoro se acercó decisivamente a la presidencia.

Las elecciones, adelantadas dos años ante la ingobernabilidad del país, han dejado las cosas donde se hallaban, pero un poco peor ante el avance de la Acción Democrática Nacionalista (ADN) del ex dictador general Hugo Bánzer. El general ha ganado los comicios en votos populares y con una ventaja de 37.034 votos sobre Paz Estenssoro, pero los mecanismos compensatorios de representación provincial le dejaron en minoría en el Congreso con 51 escaños contra los 59 del MNR.

El MIR de Paz Zamora, con 16 diputados y senadores, se convirtió en el tercer partido del país y en el primer árbitro de esta elección presidencial. Jaime Paz Zamora, socialdemócrata, de 45 años, con fuertes y justificadas tentaciones presidencialistas, necesita estratégicamente que prosiga la autodestrucción de la izquierda histórica boliviana para continuar erigiendo al MIR en una alternativa de poder izquierdista moderada, sensata y ordenada. Le habría convenido un triunfo neto del general Bánzer para cohesionar a la oposición y prepararse para unas nuevas elecciones. Obviamente, resultaba duro apoyar a Bánzer y responsabilizarse así de su elección y Paz Zamora ha terminado inclinándose por el camino, no mucho menos amargo pero más presentable, de apoyar a su tío y, a la postre, también lejano pariente ideológico.

El general Bánzer, al no haber arrasado en las urnas como justificadamente había esperado, tenía muy poco que hacer en los cabildeos del Congreso de Diputados y Senadores. Por debajo del MNR, ADN y MIR, han que dado representados en el Congreso el Movimiento Nacionalista Revolucionario de Izquierdas del presidente Hernán Siles Zuazo (MNRI) con ocho congresistas; el MNRV (Movimiento Nacionalista Revolucionario de Vanguardia, otra enésima división del MNR y segunda revelación de estos comicios junto al MIR) con seis diputados y senadores; el Partido Socialista-1, con cinco; el Frente del Pueblo Unido, con cuatro; el Partido Demócrata Cristiano, con tres; el Movimiento Revolucionario Tupac Katarí de Liberación (indigenistas), con dos; y la Falange Socialista Boliviana, con tres.

En esta sopa de letras, a la que quedó reducida la presentación preelectoral de 79 partidos políticos, Hugo Bánzer prácticamente nada tenía que pescar o negociar, y ni el voto en blanco de alguna de estas fuerzas políticas era suficiente para evitar la lógica con solidación de alianzas entre Paz Estenssoro y otros partidos, si no afines, sí espantados ante la idea de ver volver al general Bánzer al Palacio Quemado y empujado por los votos populares.

Por ello, toda la estrategia de la ADN desde el 15 de julio ha residido en hacer hincapié en su primera minoría, y al día siguiente de los comicios ya el general Bánzer convocaba una conferencia de Prensa en La Paz para autoproclamarse presidente electo y emplazar al Congreso a que respetera los votos populares.

Recuento superrealista

Pasaron los días y, en un recuento electoral ciertamente superrealista, que ya ni se sabe a quién ha terminado favoreciendo, y en el que se dieron por válidos los votos emitidos por los niños bajo condición de que no superaran un tercio de cada mesa, los sufragios rurales y mineros acortaron las distancias entre Bánzer y Paz Estenssoro (a la postre su aliado político durante la dictadura) hasta el punto de permitir moralmente a este último negociar su presidencia en el Congreso. Por radio, por televisión, en los diarios, la propaganda de Bánzer machaca su lema: "Somos mayoría y vamos a formar gobierno".

Suave pero amenazadoramente, los seguidores de Bánzer aluden a hipotéticas movilizaciones populares para defender sus 37.000 votos de mayoría. Y los cuadros militares adictos al ex dictador o simplemente incómodos ante la vuelta de los gastados revolucionarios socialistas de 1952 se han puesto a emitir panfletos y comunicados como el de la segunda división del Ejército acantonada en Coruro. Una tremenda presión psicológica sobre el Congreso a la que han resultado indiferentes la mayoría de sus miembros. A las seis de la tarde de ayer -doce de la noche en Madrid- el Congreso boliviano tenia previsto iniciar la sesión para elegir a Víctor Paz Estenssoro para su cuarta presidencia. O, mejor dicho, para rechazar el acceso de Bánzer a su primera presidencia democrática.

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