La última vez que subí a la Acropolis en Atena, observé que sólo
había sido violada por el Museo Imperial Británico que fueron robados los
frisos que se niega a devolver. Hay una fotografía en “Signal” presentando a un
soldado de las SS haciendo guardia ante éste símbolo de la civilización. El
Alcalde de la capital ha prohibido el acceso a éste monumento de la
civilización temiendo que los manifestantes encolerizados derriben las piedras
y las columnas dóricas, jónicas y corintias. Puede que entre los manifestantes
de Atenas, vandálicos, que ya han provocado tres muertos, entre ellos una mujer
embarazada, estén nutridos por la ultraizquierda y gente anti sistema. El
primer ministro socialista Papandreu, tiene muy poco que decir. En Grecia su
padre dejó a la familia por una azafata de Olympic Air, con unas caderas que no
le cabían por el pasillo del avión y se desentendió de la economía helena. El
problema estructural de los griegos es que sólo les han dejado opción para
bascular entre la derecha de los Karamandis y la social democracia de los
Papandreu. O votas a los nietos de uno o al del otro, y en ése bipartidismo de
hierro se llevan repartiendo las cuentas falsificadas que les permitieron
entrar en la UE y en el euro con todas las trampas contables inimaginables. Eso
supone que Bruselas carece de sistemas d3e control sobre sus miembros,¿ y qué
pasará cuando Turquía nos venda sus cuentas del Gran Solimán?.. Los griegos en
cólera no son culpables de su indignación: se les ofrece hambre y miseria para
la próxima década mientras el aeropuerto de Atenas continúa siendo un galpón de
vacas. Papandreu no explica dónde está el dinero, que ha huido a la UE. Que no
nos llegue el legítimo cabreo social griego. Pese a ser mansuetos siempre nos
dicen que los españoles somos un país ingobernable.
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