27/5/10

EL FEMENISMO EXCESIVO DE LA BEAUVOIR (27-5-2010)

Daniéle Sallenave escribe una necesaria biografía de Simone de Beauvoir de la editorial Galaxia Gutenberg. Fue una feminista cuando en los años cincuenta no se tenía muy claro que significaba el término, y hoy tampoco no se sabe si tenían una sociología propia o era simplemente la alumna y amante de Jean Paul Sartre. Éste la bautizó como “el castor” por la fisonomía de su rostro y además de amarla e instruirla en su filosofía le puso todos los cuernos del mundo. La Beauvoir se vengó tras  la muerte de su eterno amante con un libro “La ceremonia del adiós” en el que relataba sus miserias, como buscaba permanentemente el contacto con jovencitas mientras que le era imposible controlar su incontinencia urinaria. Da igual ambos están enterrados en el mismo cementerio en Paris.

“El segundo sexo” promocionó a Simone de Beauvoir antes de tiempo. Era una época en donde la derecha de Charles De Gaulle acababa de dar el voto a las mujeres y  fue hasta 1985 donde las francesas  pudieron abrir una cuenta corriente bancaria a su nombre. Su lema:” No se nace mujer, se llega a serlo” fue muy discutido. Francois Mauriac afirmó que lo sabía todo sobre la vagina de la autora, y Albert Camus,  que estaba en la línea del existencialismo de Sartre y que le quitaría el Premio Nobel de Literatura escribió acerca del libro de la Beauvoir  que era un insulto al macho latino.

Ésta biografía la recupera porque hasta en su Francia natal la habían olvidado después de haberse constituido en un verdadero mito. Fue una mujer embroncada con el machismo imperante pero entregada a un hombre como Jean Paul Sartre de quién femeninamente no soportaba sus infidelidades. Era muy inteligente y en el “Segundo Sexo” construyó un alegato contra la virilidad sin haberla comprendido y fue cayendo no en una vindicación femenina sino en el llanto estéril por la condición femenina. A su pesar no fue más allá que una compañera de las aventuras políticas de Sartre trastabillando entre el maoísmo de China, Cuba con sus revolucionarios y con el “Mayo francés”. Nunca tuvo un pensamiento político fuera del que tuviera su mentor y amante. Se liberó como mujer llamándole de todo a su maestro cuando se meaba  frente a  sus alumnas adolescentes de filosofía.

“El segundo sexo” fue un libro escrito  entre los 50 y los 60;  hoy en el mundo occidental y desarrollado las mujeres tienen unos derechos jurídicos inalienables por mucho que quede aún por desarrollarlos. La mujer ya no es el segundo sexo en las civilizaciones desarrolladas: hoy existe el burka pero también la que fuera Consejera General  de la Citroen,  Madelaine Allbrigch,  Condolezza Rice o Hillary Clinton por citar sólo a las mujeres más poderosas del mundo como las últimas Secretarias de Estado de EEUU,  que no necesitan ser arrastradas  por ningún filósofo de guardia.
    
Fue una mujer muy valiosa que combinó la literatura, el ensayo y la militancia política. Despertó intelectualmente con la II Guerra Mundial y la ocupación alemana de Francia. En “Memorias de una joven formal” reconoce que Sartre correspondía al deseo cuando sólo tenían quince años:”Era el doble en quién me  rencontraba, llevada por la incandescencia  de todas mis manías. Con él siempre podía compartir todo. Cuando nos separamos la primera vez sabía que nunca más iba a salir de mi vida”.

El aporte de la Beauvoir consiste en que no solo se enfrenta al machismo sino al propio resentimiento de la mujer  ante los valores masculinos. Albert Camus,  que no la toleraba,  debía haber entendido que sin renunciar a su femineidad  Simone de Beauvoir  lamentaba no haber nacido hombre y ello le provocaba la esquizofrenia de su vida y su obra, que la llevó junto a su pareja a la intransigencia de justificar  hasta el sovietismo. Vivieron juntos pero en casas separadas y la gran feminista fue feminoide expiando a las chicas que subían a visitar a Sartre. No logró dar con las claves de la independencia sentimental y sexual de la mujer.

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