De entre los entreveros se
me antoja que el más peligroso es aquel de la cita a ciegas porque se te acaban
presentando unos personajes, masculinos o femeninos, de escaso recibo y hasta
en estado de desespero. Los portugueses se abrazan a la oposición, la señora
Angela Merkel tiene a los liberales en el gobierno, y en el Reino Unido se especula con una
improbable coalición entre laboristas y liberal-demócrata, ésos chicos que se
casan con muchachitas de Valladolid. Con lo que ha llovido el presidente
Zapatero haya tardado más de año y medio en proponerle a Mariano Rajoy “ la escena del sofá “da para pensar casi
todo: Que ZP está deprimido y precisa de uno de sus trucos o que Rajoy está
metido en una trampa para osos en las que se deja caer. Como Cariatedis,
unánimes ya han avanzado Maritere de la
Vega anunciando que todos queremos ver a los dos líderes trabajando por el bien de España. Es la rancia filosofía de éste nuevo socialismo: la Oposición debe
recostarse sobre el Gobierno apoyándole en sus decisiones por más que fueren
disparatadas y perjudiciales para el país, y si no el PP muta el franquismo
desestabilizador que sólo aspira llegar al poder por el camino de mulas de la
ruina del país. Con ésa astuta mentalidad inmovilizan a la oposición con un
torniquete bajo la amenaza del anatema de querer arruinar a la sociedad. Con ése verso podrían
estar gobernando más tiempo que Felipe González.
Entre iguales éstas reuniones se celebran
cuando en los segundos escalones ya está todo discutido y hasta se ha redactado
el comunicado final. Nuestros dos líderes no son iguales pero tras todo lo
sufrido y lo que nos queda por padecer sería consolador que se turnaran en el
atril del Palacio de la Moncloa y dieran una rueda de prensa común en vez de
dejar solo a Rajoy echando las muelas. La agenda es pobre: en el socorro a Grecia
ya están de acuerdo y la reorganización
de las cajas de ahorro es un gatuperio en donde no se pondrán de acuerdo en una
mañana de Mayo. Del drama del paro ni una palabra a menos que Rajoy le retuerza
el brazo a ZP. Lo dicho: vamos a asistir a una obscena cita a ciegas. Si
no hay algo más ya es muy tarde para que nos enamoremos
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