25/5/10

SALVAR AL SOLDADO GARZÓN (25-5-2010)

El presidente radical Raúl Ricardo Alfonsín me citó en el Hotel Panamericano donde tenía su cuartel electoral para explicarme:”No puedo meter en la cárcel a todo el Ejército Argentino, porque no se dejan. Pero sí voy a enjuiciar a las tres Juntas Militares que nos hundieron en la miseria”. Llamó a Julio César Strassera, fiscal general del Estado,  quién durante la dictadura había sido relegado a los juicios sobre robo de gallinas y fue apartado de la desaparición de las personas. Strassera hizo un alegato que le podía costar la vida mirándole a los ojos al temible Almirante Massera que lo tenía a escasos metros. Moreno Ocampo fue su ayudante y acabó como  presentador televisivo en Argentina. Alfonsín envió a  Strassera  a Ginebra, como Embajador ante la   ONU de los Derechos Humanos,  para evitarle un atentado inminente por parte de “la mano negra desocupada”. Baltasar Garzón me comentó que quería ir a ése puesto  pero que no podía solicitarlo porque no dominaba el inglés,  parece que ya ha aprendido a hablarlo.  El fiscal Strassera  se angustió con el suicidio ritual de su única hija Carolina,  en Suiza, y en estos momentos sólo le interesa  mantener su bufete en Buenos Aires. El camino se le abrió a Garzón, a quién sus amigos y deudores,  le están despejando un sendero  de salvación. El juez es amigo de Moreno Ocampo y está cercado en España por tres presuntos  delitos de prevaricación. Como asesor del Tribunal  Penal Internacional Penal se sentirá resguardado. Ya se siente el  Juez Universal mientras en España nos quedamos tocando el pito. No sabe hacer sumarios pero es más listo que las ardillas.

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