El mayor mercado persa de
España se encuentra en la madrileña Carrera de San Jerónimo, un templete
neoclásico, al que acuden los diputados recitando versos de Bertold Brecht : “
Voy por la mañana al mercado donde se venden las mentiras “.Don Manuel Azaña
vetó a Alejandro Lerroux como Ministro de Justicia “ porque me subasta las
sentencias en las puertas de los Juzgados “. En el zoco, al que los leones
fundidos con el bronce de los cañones tomados a los moros y esculpidos por
Ponzano, ya no aportan ninguna majestad, Zapatero ha sacado a subasta una
reforma laboral pujando él mismo sin límite. Gran improvisador, hasta el último minuto el Presidente interino
estaba en minoría y entre las corridas y culos cuchicheando en escaños ajenos
pagó un sobreprecio vergonzante al PNV y CiU no ya para que le votaran sino
para que se limitaran a abstenerse. Y es que esta reforma laboral no satisface
a nadie y será lo primero que tenga que modificar Mariano Rajoy si forma
Gobierno. La autonomización de los convenios impide el mercado único y los
sindicatos autonomistas acopiaran porciones del pastel de CCOO y UGT. En las
sonrisas pícaras de los nacionalistas se veían las plumas del gato que se comió
al canario. Pero deprisa y corriendo, sin negociaciones, algo había que llevar a la Comisión Económica
de Bruselas para pasar la selectividad. Ante la inexistencia de Gobierno las
Cortes son un cambalache, una feria americana, un toma y daca y a tanto el voto
sin la menor consideración por los intereses nacionales. Mejor dedicar el
Congreso a biblioteca y trasladar el mercadeo al edificio de la Bolsa. Quedaría
más propio.
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