Mañana cinco columnas con distintas
indignaciones convergen sobre el centro
de Madrid con la autorización de
Rubalcaba. Toda la imaginería de 1936. Le preguntaron al General Mola que
columna facciosa entraría antes en Madrid y contestó imprudentemente : “La quinta que está dentro de la ciudad “.
Quintacolumnismo , otra palabra que exportamos a otros idiomas. Al Ministro del
Interior interino le cabe lo que a Sir Samuel Hoare, Embajador británico
rodeado por falangistas también indignados. Serrano Suñer le llamaba: ”
¿Quiere que le mande más guardias ? “. “ No,
prefiero
que me mande menos manifestantes “.
Decía Fraga en sus
mejores tiempos que los socialistas sólo acertaban cuando rectificaban,
hipérbole parlamentaria dirigida a Felipe González que se cumple con exactitud
en el caso de Rodríguez Zapatero. Aseguran sus hagiógrafos que sabe
manejar los tiempos, esa tontería para halagar políticos cuando es siempre
el tiempo el que te manipula, pero pareciera que los extrajera del sorteo de un
bombo. Habrá que suponer que si tienes seiscientos asesores dándote consejos
acabas en una realidad virtual viendo los rayos infrarrojos y escuchando los
ultrasonidos. Quienes conociéndole le respetan estiman que tiene dificultades
para conocer los hechos o que cree poder manipularlos porque posee un ego de argentino. Nadie le va a reprochar ponerse en fuga porque ha demostrado carecer
de cuajo para gobernar en galerna. Peor lo tiene el ex Primer Ministro islandés al que le pueden condenar a cuatro años por haber hecho con la economía
lo mismo que Zapatero: nada. A éste indeciso terminal, en Reyikjavik le condenarían a cadena perpetua pescando bacalao.
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