26/6/11

VÍCTIMAS Y VICTIMADOS (26-5-2011)

Las víctimas  del terrorismo votan pero no se tabulan sus sufragios ya que no queriendo banderizas sólo arbolan la enseña constitucional. En  estos días de tantos recuentos y alianzas electorales habrán sido transidos por el apagado dolor de las comparaciones y la prevalencia de los que gritan más alto que los otros. Durante años han movilizado ciudadanos de toda España en número exponencial al de todos los indignados aún acampados en las plazas y con más espíritu cívico que éstos y mucha menos proyección pública y mediática. Tener  un asesinado  por ETA en la familia, con todas las consecuencias en desastres personales que conlleva, parece un arabesco lateral junto a un desempleado de treinta años. Las víctimas van cumpliendo años a extinguir y los jóvenes exigen paso y reformas. La legión de parientes de las víctimas ya se habrán  arrepentido de no haber copado la Puerta del Sol, hacer hervir las redes sociales y haber  llamado a la Prensa internacional. Aunque, quizás, si que Rubalcaba los hubiera desalojado.   Su impotencia ante la normalización política de los asesinos es otra carga de conciencia del Gobierno que, tras intentar dividirlos y tutelarlos, sólo les recibió para que  Zapatero les contara el fusilamiento de su abuelo. Los votos grapados a ETA oscilan entre 150.00-200.000, bastantes menos de lo que pueden movilizar las víctimas y todos los que les acompañamos en el agravio. Si fundaran  un partido  ( lo que nunca harán ) tendrían concejales y subvenciones. La marea electoral  pasa por encima de éste colectivo sufriente, víctima y políticamente  victimado. Las víctimas son nuestros  judíos.

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