En 1.950 millones de chinos
en apoyo de los coreanos del norte cruzaron el paralelo 38 empujando a los surcoreanos y estadounidenses hasta Pusan ,
en el estrecho que separa Corea de Japón. Un general americano, desesperado,
arengó a sus hombres: “Estamos rodeados y contra el mar; ésta vez no se nos
pueden escapar “. Algo así pensará Mariano Rajoy ésta noche ante la algarabía
electoral ante la sede de Génova. La semana electoral ha sido tan extraña y
alarmante que parecía desarrollarse en algún país subdesarrollado y sin ninguna
experiencia democrática alguna. El martes 15-M,
la prima de riesgo española alcanzó los 455 puntos, derrotero que nos
lleva a tener dinero para pagar los intereses y nada más. La caída de Silvio
Berlusconi no parecía un parapeto sino un desagüadero que acabaría imponiendo a España un veedor
como Mario Monti en Roma o Lukas Papa
demos en Atenas. Ya hemos tenido por dos veces a un eurocráta al servicio:
Pedro Solbes, mentiroso compulsivo, capaz de maquillar a una hormigonera como
Nicol Kidmann y coleccionista de jubilaciones aristocráticas. Y así nos fue. Pero en la recta hacia estos
comicios estuvimos en un canódromo en el que sólo mirábamos a la liebre mecánica porque llegó
un punto en que daba igual que galgo ganara, si el de Papandreú en Grecia o
Belén Esteban en España. El pánico a que se cumpliera Fukuyama y se acabara la
Historia, y la Economía, que la deuda soberana fuera del territorio de Armagedón
y que los indignados no fueran más que los Heraldos del Apocalipsis. Aún hoy
con la mayoría absoluta del PP ¿ qué se
nos da la victoria, el cambio de rumbo ,
si las imposiciones de la eurozona que están marcan el eje franco-alemán no nos
permiten márgenes de maniobra ?. Durante la última campaña electoral Mariano
Rajoy se ha reunido en secreto un par de
veces con la Canciller Ángela Merkel y volverá a visitarla antes de su
investidura en las Cortes. Y Enrique Moragas, el jefe de todos los gabinetes
que pueda tener nuestro futuro Presidente electo, ha viajado mucho por Europa,
informándose además de pedir tiempo y comprensión. No en balde M.R. lo que le
va a pedir a sus ministros es el don de lenguas, porque la política económica
que será loa única durante al menos la primera legislatura se hará en el
exterior en unglés, alemán y francés y se deberá hacer pasillos y traducir
hasta los murmullos.
En toda la Historia de España sólo Fernando VII, el Rey felón,
dejó una herencia tan ominosa, y nunca nadie en democracia se hubiera atrevido
a congelar las pensiones. El PSOE, previendo que las urnas del 20-N, podrían
sacarlos del escenario, podrían haber intentando limpiar la casa, pero nos han
dejado unos presupuestos irreales e inservibles y una economía nacional,
autonómica y municipal igual que el mapa de Hiroshima después de las bombas del
“ Enola Gay “. Trabajos de Hércules para nuestro nuevo Presidente serán
bastantes: descongelar las pensiones de nuestros mayores, intentar sostener una
sanidad gratuita, pública y universal; tratar de mantener la educación en ezsos
mismos márgenes y si se puede bilingüe evitando que continúe degradándose. Eso
es tarea de apaleamiento. Seguro que el desempleo crecerá porque los cambion
políticos debe soportar una inercia y aquellos que escrutan las macroeconomías
y las estadísticas con los especuladores predicen con suerte se podrá intentar
a crearse puestos de trabajo pero habrá que esperar con viento a favor hasta el
2014. MR sabe que no puede ni debe equivocarse en nada porque es igual que un
comandante de submarino cuyo primer error puede ser el último. Oswald Spengler
sostenía que siempre a la postre eran un pelotón de soldados quienes salvaban a
la civilización occidental. No era militarismo; sólo hacía la metáfora que unos
pocos hombres corrientes evitaban todo tipo de catástrofes. Es el momento de
Mariano Rajoy. Con José Luis Rodríguez Zapatero y sus pretorianas ya repetimos
el curso de caudillaje.
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