Me catequizaba Felipe González que los problemas de la democracia
se resuelven con más democracia, pero el desasnamiento no debe alcanzar a los
militantes porque sus lances internos se enquistan haciendo desapacible la
existencia de los ciudadanos. Rubalcaba, por no poder hacer otra que tocar la lira, recuerda que España
necesita un partido socialista fuerte. Sí, pero no como el italiano del amigo Craxi que de tan firme acabo en una residencia
tunecina para mafiosos y con los dineros en la franquicia de Berlusconi. El
PSOE está en crisis desde que en Suressnes le robaron la cartera a Rodolfo
Llopis y Nicolás Redondo no se atreviera con la Secretaría General regalándosela
a Felipe, al Pacto del Betis entre sevillanos y vascos y lo que urdía Alfonso
Guerra entre tortillas y las gestiones de Enrique Múgica en Donosti. En medio
sólo estaba la meseta, prácticamente deshabitada excepto Pablo Castellano en Madrid.
El PSOE era tan democrático que estaba dispuesto a
aceptar unas elecciones sin el Partido Comunista, y luego intercambiaría cromos con la URSS para hacerle partiditos
clónicos a Carrillo. Los socialistas vivieron en el poder del antifranquismo
más mostrenco y de los encantos de Felipe como seductor de masas. Caído Felipe
en la mayor corrupción generalizada de la
democracia y con unos índices de
desempleo insoportables, autodestruyeron la sucesión haciendo que Almunia y
Borrell se asesinaran entre sí. En las sectas no hay primarias. Deshabitada la
sede socialista de los okupas capitaneados por Zapatero los socialistas tienen
en el holocausto del domingo la posibilidad del Ave Fénix que no puede estar más
carbonizado. Rubalcaba, convertido en lapa, resulta patético y es de lamentar
que no dignifique el final de su carrera. Carme Chacón, la niña de las prisas,
presentó un plan de viviendas del que nunca más se supo y sus servicios a
Defensa caben en el recibo del trayecto corto de un taxi. Su marido el
publicista y Zapatero le regalaron la propaganda impagable de pasar revista con
el bombo y pedir con su vocecita:”¡Viva España! y ya se cree la dona Garibaldi
en Cataluña y Bismarck en el resto de España. ¿Pero dónde está el talento de
ésta señora?.Claro que el lehendakari López no la va a la zaga siendo perito en
darse abrazos con los radicales independentistas que trabajan con ETA.
Salvo que desaparezca
la eurozona o catástrofes similares el PSOE tardará un mínimo de dos
legislaturas en volver porque peor que una hecatombe en las generales es la pérdida del poder en
municipios y autonomías que se tarda más en recobrar. Zapatero no puede
organizar su propia sucesión porque nadie levanta el cirio en su entierro. En
Ferraz ya no hay banquillo salvo el judicial y más le valdría una gestora para ir pasando
el tiempo, porque lo más probable, es que el caballo blanco del PSOE se
encuentra en estos momentos empeñados en hacer un máster en Estados Unidos.
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