Rubalcaba rebusca en la indigencia revolucionaria de los indignados
porque son tan pequeño- burgueses como él. Unos y otro ya ni se acuerdan de las
listas abiertas al Congreso y nunca se han propuesto profundizar la
democracia más allá de las apariencias.
Sobre el aforamiento ni se reflexiona para entretener el rato. A los políticos
se les dio fuero para que pudieran exponer en libertad sin sujeción a normas
jurídicas. El aforamiento nació como garantía de la libertad de expresión de
los representantes del pueblo. Como el tiempo todo lo degrada el privilegio se
extendió al Gobierno y valió tanto para
subvertir verbalmente el Código Penal como para atropellar ebrios a un anciano
en un paso de peatones. El Tribunal Supremo previa concesión ( o no )de un
suplicatorio algodona cualquier mal
trance de la clase política. José Blanco, Vicesecretario General del PSOE,
Ministro de Fomento, Ministro Portavoz y candidato a diputado en las listas del
gubernamental Rubalcaba, puede pasar a la Historia y dar un paso de gigante en
el rejuvenecimiento democrático devolviendo la pureza al aforamiento político,
renunciando a sus cargos, ( en almoneda )y a su candidatura, para defender su
honor donde todos hemos de hacerlo: ante nuestro juez natural. El Supremo no
está para ver que hace un poderoso en una gasolinera, reuniéndose con un
empresario enjuiciado por sobornos y diciendo esas cosas de la familia
Corleone: “ Si tú me tratas bien, yo te trataré bien “: Nuestro hombre no tiene
mucho futuro político ni aunque ganara Rubalcaba, pero todavía puede optar
entre el inane Pepiño, el ominoso Peppone o el respetable Don José.
No hay comentarios:
Publicar un comentario