28/12/83

Alfonsín reduce a 18 el número de generales en activo del Ejército argentino (28-12-1983)

Con la designación de los comandantes de Cuerpo de Ejército, el presidente Raúl Alfonsín ha terminado de diseñar la nueva cúpula de las fuerzas terrestres argentinas. Otros cuatro generales han pasado a retiro y otros dos, aún en actividad, han quedado sin mando específico a disposición personal del ministro de Defensa. El generalato en activo del Ejército ha quedado reducido a 18 hombres.

La limpieza ha sido drástica y las promociones del generalato del 80 y el 81 han pasado, a ocupar las más altas responsabilidades. Ninguno de los nuevos nombramientos castrenses se encuentra seriamente implicado en denuncias por desapariciones o torturas aunque, obviamente, desempeñaron papeles políticos o administrativos durante la dictadura.Pero todos corresponden a la imagen del general Jorge Arguindegui, jefe del Estado Mayor del Ejército, quien desde 1976 no pasó de ocuparse de un cargo burocrático en la Comisión de Asesoramiento Legislativo (que suplió al Congreso) y de mandar la decorativa guardia presidencial de granaderos acaballo de San Martín.

Por otra parte, se ha subvertido el principio sagrado de antigüedad, designándose como jefes de Estado Mayor de cada Cuerpo de Ejército a mandos más antiguos en su empleo que los comandantes de estas grandes unidades. Se ignora el propósito final de esta decisión, aunque podría apuntar a ftituras modificaciones en profundidad de la estructura de las Fuerzas Armadas, tendentes a equilibrar la fuerza del mando directo de unidades operativas con un mayor peso de sus estados mayores.

De los cinco Cuerpos de Ejército existentes hasta ahora, no se ha cabierto el mando del Cuarto, que desaparecerá. Sus unidades quedarán absorbidas por los actuales caerpos Tercero y Quinto. El más brillante militar designado para comandar un Cuerpo, el general Aguado Benítez, que además es el de mayor antigüedad de los nombrados, no ha recibido -según la tradición- el mando del Primer Cuerpo acantonado en Buenos Aires: ha sido puesto al frente del Quinto Cuerpo de Ejército, que cubre el sur patagónico. No se trata de un destierro; se le ha atribuído el mando de las fuerzas que defenderán las fronteras del país, teóricamente amenazadas, a cuenta de las diferencias con Chile, por el canal del Beagle, y con Gran Bretaña, por las islas Malvinas.

Este nombramiento es otro recuerdo al Ejército de que la cúspide de la carrera no consiste en pavonearse en Campo de Mayo mandando la guarnición de la capital, sino que consiste en alcanzar el mando militar de las provincias fronterizas que haya que defender de una hipotética agresión exterior.
Nuevas exhumaciones

Por otra parte, la mayor parte de diez de los cráneos de otros tantos cadáveres exhumados ayer, por orden judicial, en el cementerio de Rafael Calzada, en la periferia bonaerense, presentaban impactos de bala. Otro más parecía haber recibido un impacto de gran calibre a muy corta distancia, informa desde Buenos Aires la agencia Efe.La exhumación fue ordenada por el juez Julio Piaggio, tras haber recibido numerosas denuncias civiles sobre la ejecución, a manos de personas uniformadas, de enterramientos clandestinos, de cadáveres desprovistos de identificación en fosas comunes del mencionado cementerio, en fechas comprendidas entre 1976 y 1977, los años más duros, de la represión militar y policial.

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