16/12/83

Raúl Alfonsín nombra una nueva cúpula militar y provoca un auténtico terremoto en los escalafones del generalato (16-12-1983)

El presidente argentino, Raúl Alfonsín, designó el miércoles a los integrantes de la nueva cúpula militar en su calidad constitucional de jefe supremo de las Fuerzas Armadas. Suprimidos los cargos de comandante en jefe de cada fuerza y de secretario de arma (el que se relacionaba con el Gobierno), han sido nombrados los jefes de Estado Mayor del Ejército de Tierra, general Jorge Arguindeguy; de la Armada, contralmirante Ramón Arosa, y de la Aeronáutica, general Teodoro, Waldner.

El jefe del Estado Mayor conjunto es el general de brigada Julio Alfredo Fernández Torres, de 54 años, paracaidista, que en las postrimerías de la guerra de las Malvinas desobedeció la orden alcohólica del entonces presidente Galtieri de descender con su brigada sobre la retaguardia británica, aduciendo que sería una carnicería tan inútil como la carga de la brigada ligera en Balaclava.Todos son relativamente jóvenes, tenidos por profesionalistas, y ninguno ha llegado aún a su cúspide profesional: son generales de brigada y un contralmirante. Los escalafones del generalato han padecido un,auténtico terremoto.

Con el nombramiento de Fernández Torres, 25 generales, ocho de ellos de división, han pasado automáticamente a la reserva. Otros dos generales de división ya se retiraron voluntariamente: el general Reston, ministro del Interior de la última Junta Militar, y el general Trimarco, que comandaba el Primer Cuerpo de Ejército.

Defensa de la patria

Los nuevos jefes de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas han acudido a la Casa Rosada, y los periódicos publican sus fotograrlas dando el taconazo e inclinando la cabeza ante el presidente de la República. El pueblo argentino cree vivir una ensoñación. La designación de los nuevos mandos fue acompañada de una comunicación del ministro de Defensa, Raúl Borrás, en la que se puede leer lo siguiente: "Las Fuerzas Armadas fueron creadas y organizadas para la defensa de la patria. Por muchos años, un concepto equivocado impidió su necesaria subordinación al poder político del Estado y desnaturalizó su rol con consecuencias nocivas para la sociedad y para ellas mimas. Durante este lapso hubo quienes en su seno perdieron de vista el objetivo de su propia creación, es decir, la defensa de la patria frente a la agresión exterior. ( ... ) Los señores generales, almirantes y brigadieres serán los generales, almirantes y brigadieres de la República, es decir, los oficiales de la Constitución".

Valor y coraje

Hasta los peronistas han tenido que saludar reverentemente el valor y el coraje democrático de la Administración radical. Y el juez de instrucción García Méndez, a instancias del ministerio fiscal, ha dictado el procesamiento de los ex comandantes en jefe del Ejército y de la Armada, ex triunviros de la última Junta Militar, teniente general Cristino Nicolaides y almirante de la flota Rubén Oscar Franco, por negar información a la justicia y facilitar la impunidad de quienes privaron ileg'timanlente de sa libertad a Inés Ollero, militante comunista secuestrada en 1977 por fuerzas armadas adscritas a la Escuela de Mecánica de la Armada y desaparecida desde entonces.Quizá cueste creerlo, y son los propios argentinos los primeros en no entender cabalmente lo que está pasando; pero los militares que gobernaron este país a sangre y fuego por siete años van a empezar a rendir cuentas ante la justicia castrense y la ordmaria. Y además no se va a producir un golpe militar que evite este pormenorizado reparto de res ponsabilidades. No existe en la República Argentina ningún espacio político, histórico, eco nómico o social para un movimiento de fuerza militar, y los cuadros intermedios de las Fuerzas Armadas son los primeros en comprender que es necesaria su depuración para recuperar el prestigio Derdido.

La huída ya ha comenzado

La consecuente huida ha co menzado ya. El general Ramón Camps, ex jefe de la policía de Buenos Aires, autor confeso de la desaparición de 5.000 personas, cruzó a Uruguay por la provincia de Entre Ríos, y fue visto en el aeropuerto montevideano de Carrasco, abordando un avión con rumbo a Europa. El ministro de Defensa ha declarado a este respecto que quienes abandonen el país serán de todos modos juzgados en ausencia. Los miembros de las tres primeras juntas militares, ya encausados por presuntos crímenes contra la humanidad ante el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, permanecen en sus domicilios porteños, negándose rotundamente a recibir a periodistas. Las Madres de la Plaza de Mayo cumplieron, ayer, jueves, su primera vuelta frente a la Casa Rosada en libertad, en de mocracia y sabiendo, como ellas mismas confiesan, que en la casa del Gobierno ya no habita ni un enemigo ni un culpable. Pero se guirán dando vueltas a la plaza, con sus pañuelos en la cabeza, hasta que los responsables del genocidio hayan sido condenados.

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