En su último día en Buenos Aires, Felipe González desmintió, sólo
parcialmente, en una conferencia de Prensa, que pesqueros españoles estén
transportando avituallamiento a las fuerzas británicas acantonadas en las islas
Malvinas. No obstante admitió que "cuando un barco español sale de puerto
tiene una hoja de ruta fijada, pero en aguas internacionales, nuestro gobierno
no puede tener el control". "Estamos tratando por todos los
medios" dijo, "de que se cumpla con la hoja de ruta".
Felipe González, flanqueado por el ministro de Asuntos Exteriores,
Fernando Morán, y el embajador en Argentina, José Luis Messía, en uno de los
salones del hotel en que se hospedó, aclaró a la Prensa porteña que España no
tiene suficiente infraestructura como para socorrer activa y directamente a la
República Argentina. "No olviden que nuestra propia deuda externa es de
30.000 millones de dólares", aclaró. El presidente descartó amablemente
que España pudiera ser puente entre Argentina y Europa, en tanto en cuanto este
país tiene personalidad y potencia propias, pese a sus dificultades, como para relacionarse
con cualquier país del mundo.El presidente español relató que el principal
problema de la incipiente democracia española fue la realimentación de la
violencia desde la izquierda y la derecha y apostilló que "la democracia
sólo se puede vivir en tolerancia".
Preguntado sobre
si España daría asilo a militares argentinos que puedan ser en breve
perseguidos por la justicia de su país contestó que, en este caso particular,
lo estudiaría previamente con el presidente Alfonsín, con el que piensa seguir
en contacto permanente.
Felipe González
entregó al presidente argentino, Raúl Alfonsín, con quien anoche se volvió a
entrevistar, una carta del rey Juan Carlos, en el que le expresa su intención
de visitar Argentina. "Quiero, en mi nombre y en el de la Reina, hacerle
llegar mis más fervientes votos de felicidad y de éxito en la difícil e
ilusionante misión que ahora emprende vuestra Excelencia", afirma el
monarca, quién lamenta que "otras obligaciones ya contraídas no me
permitan estar presente en su toma de posesión, pero a través del presidente de
mi Gobierno quiero, señor Presidente, transmitirle mi deseo de visitar su país
tan pronto como sea posible, en la seguridad de que nuestro encuentro servirá
para estrechar aún más las fraternales relaciones entre nuestros dos
pueblos". El Rey invita a Alfonsín para que "en la fecha que
oportunamente se convenga nos haga el honor de visitar oficialmente nuestro
país".
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