9/12/83

Escaso entusiasmo en la cúpula justicialista ante el regreso de Isabel Perón a Argentina (9-12-1983)

Tres presidentes -de Perú, Bolivia y Guatemala- han llegado ya a Buenos Aires para asistir a los actos solemnes de toma de posesión del nuevo presidente, Raúl Alfonsín, que tendrá lugar el sábado. Los retrasos en los vuelos regulares procedentes de Madrid han dado un respiro de 24 horas a los dirigentes del peronismo, que siguen sin tener muy claro qué hacer ante la señora -la mujer de Perón y presidenta del movimiento- que regresa hoy.

La máxima autoridad del justicialismo -por debajo de Isabel- y de los sindicatos, Lorenzo Miguel, ha declarado que concurrirán al aeropuerto de Ezeiza para recibir a la señora, "pero no sé en qué rincón estaré". Isabel leerá un mensaje a su llegada en uno de los salones de Ezeiza, al que sólo tendrán acceso representantes del actual Gobierno, del radicalismo, de la comisión de enlace de 17 incondicionales sin relieve nombrados por la presidenta, y periodistas acreditados. La Fuerza Aérea controlará estrictamente la carretera al aeropuerto y sólo dará paso a los invitados o a quienes deban abordar un vuelo. No habrá manifestaciones ni parece que Isabelita las desee, ni hay ánimo peronista para demasiados entusiasmos.La reflexión del peronismo está detenida por la resistencia de sus actuales dirigentes a abandonar sus cargos. Será una reflexión larga y dolorosa que procurará la conversión del movimiento en un partido moderno o abocará en su división. Será una tarea política fascinante, por cuanto el justicialismo, pese a su derrota, sigue siendo el mayor partido de Occidente capaz, incluso, de perder unas elecciones con el 40% de los votos.

Desdichadamente, existen indicios de que puede ser la extrema derecha del movimiento quien termine capitalizando el naufragio electoral. Los radicales, por su parte, harán todo lo posible para que el peronismo quede claramente situado a su derecha. La Unión Cívica Radical, así, podrá ser receptora de los afanes reformistas y de las simpatías de toda la izquierda no marxista, muchos jóvenes y las mujeres. Un peronismo basculado sobre su derecha incrementaría su ya cerrado nacionalismo y se apoyaría aún más descaradamente en el bastión de los sindicatos.

Mientras se cruzan apuestas sobre el alcance del mensaje de Alfonsín a la nación, las Madres de la Plaza de Mayo tenían previsto realizar ayer su última marcha de cuatro horas, antes de la llegada de la democracia; 30.000 figuras humanas pintadas en las aceras y en las fachadas del centro porteño las acompañan y recuerdan a los visitantes algunas de las cosas que ocurrieron en este país durante los últimos siete años.

Pasados a la situación de retiro los comandantes en jefe de cada arma que integraban la última junta militar, uno de ellos, Hughes, brigadier del Aire, ha marchado a Venezuela en compañía de su esposa para un viaje de placer de duración indefinida.

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