12/12/83

Los líderes asistentes a la toma de posesión de Alfonsín se reúnen con Felipe González en la Embajada de España (12-12-1983)

Excepción hecha del presidente colombiano, Belisario Betancur, y del vicepresidente estadounidense, George Bush, que tenían compromisos, ineludibles para regresar a sus respectivos países en la noche del domingo, todos los jefes de Estado, primeros ministros y jefes de misión desplazados a Buenos Aires para asistir a la toma de posesión del presidente Raúl Alfonsín y la asunción de la democracia en Argentina, acudieron anoche a la Embajada de España para cenar con su anfitrión, el presidente del Gobierno español, Felipe González. En la cena también estuvieron presentes como invitados de honor el presidente argentino; su vicepresidente, Víctor Martínez; el presidente del Congreso de los diputados, Juan Carlos Pugliesse, y el canciller Dante Caputo.

Se ha dado la vuelta a una situación enrarecida que estaba siendo comentada abiertamente por la Prensa española y argentina sobre lacumbre más o menos devaluada en la Embajada de España en Buenos Aires. El sábado, el propio presidente González comentaba a los periodistas: "Jamás dije que se fuera a celebrar una cumbre. Fue una exageración de la Prensa. Además, sería un despropósito por mi parte. ¿Con qué autoridad o legitimidad podría yo llamar a una cita semejante? En Argentina, el protagonista es Raúl Alfonsín".Estaba previsto que el presidente español acudiera a conversar con su colega argentino a las nueve de la mañana (una de la tarde, hora peninsular española). Fue aceptada una postergación de la entrevista para que Felipe González pudiera desayunar con los más destacados representantes de la Prensa argentina. La reunión, pospuesta para el mediodía entre los dos presidentes, se prolongó hasta que Raúl Alfonsín, rompiendo la agenda del día, le invitó almorzar. Antes se habían encontrado brevemente en Madrid, cuando Alfonsín sólo era un humilde aspirante a la conducción de un partido resignado a otro fracaso ante el peronismo y Felipe González el líder de otro partido plagado de dirigentes convencidos de que no había otra opción coherente que apoyar al Movimiento Nacional Justicialista.

En su conversación de ayer, Felipe González entregó a Alfonsín un mensaje del rey Juan Carlos en el que le desea acierto en su gestión y le invita a visitar España en breve.

El arco voltaico que entre ambos debió encenderse en Madrid ha chisporroteado en Buenos Aires. Los recelos se disolvieron y Alfansín, en el almuerzo, prometió al presidente español su asistencia a la Embajada de España (la única que ha pisado en estos días) junto a su vicepresidente, el presidente del Congreso y su canciller.

El trabajo del embajador de España, José Luis Messía, que no lleva más de dos meses en su actual misión, hizoel resto del trabajo. El presidente de Perú y su ministro de Asuntos Exteriores; el presidente de Bolivia acompañado de su canciller y del presidente del Senado; el presidente de Costa Rica junto al canciller y al presidente del Senado; el coordinador de la Junta nicaragüense, Daniel Ortega, y el ministro de Asuntos Exteriores; el viceprimer ministro cubano y el canciller; los ministros del Exterior dominicano, venezalano y panameño; el primer ministro de Portu.gal y su ministro de Trabajo; el primer ministro francés; la subsecretaria de Asuntos Exteriores italiana; los representantes de la CEPAL (Consejo Económico para América latina) y de la Comunidad Económica Europea... Cuando ya era noche cerrada en España, se esperaba la confirmaciórt piára la cena de Bet.tino Craxi, primer ministro italiano. Belisario Betancur y George Bush tenían previsto regresar en la noche dominical. Fraga tenía mucha prisa. El ex presidente Adolfo Suárez, sin embargo, iba a estar presente en la cena.

Por lo demás, si el nivel y duración de los aplausos de la gente en las calles es indicativo de algo, puede decirse que Felipe González es el más popular de los políticos presentes en esta ciudad. Cuando accedió a la cancillería para saludar el sábado al ya presidente Alfonsín, fue entusiásticamente aclamado por la masa que ocupaba la plaza de San Martín. En el último lugar de una hipotética lista de cariños públicos habría que situar al vicepresidente estadounidense.

La popularidad de González

En el séquito del presidente español se advierte el disgusto por las declaraciones que Manuel-Fraga ha realizado al diario porteño ultraconservador La Nación. Fraga llegó a Buenos Aires en un vuelo regular ("yo no formo parte del séquito del presidente"), no ha logrado una entrevista con Alfonsín y persigue un encuentro con ítalo Argentino Lúder "en su calidad de jefe de la oposición peronista". Lúder, el candidato derrotado, es ahora un militante, de base del justicialismo, sin acta de diputado o senador y sin el más pequeño cargo en la dirección del movimiento, ostentado en primer lugar por Isabel Perón y en segundo por Lorenzo Miguel.

En la tarde del sábado, el presidente González se reunió en la Embajada española durante cincuenta minutos con el vicepresidente estadounidense, George Bush, para analizar la situación en Centroamérica a petición de la Embajada americana. En la mañana del domingo mantuvo una entrevista con el vicepresidente cubano, Carlos Rafael Rodríguez.

Felipe González comentó con el mandatario americano la declaración de neutralidad de Costa Rica. En la tarde de ayer, González se entrevistó con dirigentes de la oposición de Chile y Uruguay.

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