En las mesitas de luz de sus dormitorios
Emilio Botín Ríos mantiene un ejemplar de “ El arte de la guerra “de Sun Tzu, o
Sun Wu, escrito en varas de bambú hace más de dos mil años y hallado en una
caverna china. Tzu fue un estratega del Período de los Reinos Combatientes y en
él pesa más el taoísmo que la mera
belicosidad y el núcleo de sus enseñanzas
consiste en confundir al adversario y
rendirle sin librar la batalla. El patriarca Botín, Presidente del “Santander
“, primer Banco español, entre los principales de la zona euro, en el pelotón
de cabeza de los mundiales, y parece entender
la senda del Tao, arriesgándose a la globalización cuando nadie hablaba
de ella y menos políticos españoles. Su preferencia es la Banca británica, a la
que admira, sin olvidar su presencia en
EEUU, que considera un observatorio imprescindible para su expansión internacional
acentuada en Iberoamérica con Brasil como núcleo duro. Hace semanas el
paracaidista Hugo Chávez le nacionalizó el Banco en Caracas y fue, sonrió, cobró la
indemnización y rehuyó un contencioso político, lleno de fango para esperar tiempos
mejores.
Máxima de oro de todos los banqueros es
mantener excelentes relacione con todos los Gobiernos, aleatorios y contingentes. El legendario padre de Don
Emilio se decantó públicamente por
Felipe González y el PSOE, pero luego su
hijo le negó créditos al PP. Tras el atentado de ETA contra José María Aznar,
ambos se encontraron en la sala VIP de Barajas y Botín lo abrazó exclamando :
“Gracias a Dios, gracias a Dios “ y sin más tomaron sus respectivos aviones y
se abrió la financiación. Desde tiempo inmemorial nuestros siete grandes banqueros almorzaban
una vez al mes para susurrarse estrategias, pactar tácticas o engañarse
mutuamente. Botín tenía en su cabeza su propio desarrollo y acabó por carta con
estas tenidas que daban una imagen corporativa de la Banca, y eso que aún no
había caído Mario Conde.
Jesús Salgado es un solvente periodista
gallego que ha trabajado en los lados de la barra: como informador en prensa y
televisión además como director de comunicación de grandes empresas. Ha publicado
libros sobre las grandes fortunas españolas y las biografías de Amancio Ortega
y de nuestro personaje “Botín. Todo por la Banca. Historia de una saga “,
editado por “La esfera de los
libros”. Botín Ríos ocupa el macizo
central del libro, que está dedicado a él, y, se antecede con la historia
comercial de un banquito comercial y provinciano, y que se sucede con las
especulaciones sucesorias de un hombre incombustible que a sus 76 años,
controla todo el día, la semana completa, y
no para de correr: cuando juega al golf
corre de hoyo en hoyo para desesperación de espectadores y caddies. Es
un impaciente que no asiste a festejos, quiere informes de un folio y no
soporta los circunloquios. Es tan directo que a veces corta a su
interlocutor:”¿Cuántos beneficios tiene su empresa?”.
Su identificación con el “Santander “ es tal
el mimetismo que sólo luce corbatas
rojas, emblema cromático de su Banco. Fue formado para la Banca por su mítico padre,
Botín Sanz de Sautuola, y de adolescente
espiaba tras la puerta para escuchar conversaciones financieras. Su esposa,
Paloma O Shea, católica practicante como él y desciende de la aristocracia
irlandesa. Ha dedicado su familia a los hijos, a la música-es una premiada
pianista- y a promocionar a los jóvenes. El Rey le ha otorgado el marquesado de
su apellido por su mecenazgo cultural. Pero el marqués consorte, como Napoleón,
estima que la música es el menos molesto de los ruidos. Emilio Botín es un
cazador de bancos como Sun Tzu de los
ejércitos. La oveja negra de la familia es Iñaki, hermano de Paloma, condenado
por su pertenencia al radicalismo abertzale.
Botín no tiene límite para su mandato ni
parecer querer dejar el timón como su hermano Jaime en el “Bankinter “, pero se
ha puesto de moda que le sucederá su hija primógenita Ana Patricia, a quién ha
formado a su imagen y semejanza. El benjamín Javier, es tan banquero como su hermana, aunque menos
publicitado; el Patriarca es imprevisible y no duda en fichar “a directivos de excelencia “ ajenos al Banco. Emilio Botín es alérgico a las
entrevistas y a la publicidad personal, pero, sí la lee, se sentirá gratamente retratado en ésta
ajustada biografía de Jesús Salgado
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