23/9/10

EL BANQUERO NÚMERO UNO (23-9-2010)

En las mesitas de luz de sus dormitorios Emilio Botín Ríos mantiene un ejemplar de “ El arte de la guerra “de Sun Tzu, o Sun Wu, escrito en varas de bambú hace más de dos mil años y hallado en una caverna china. Tzu fue un estratega del Período de los Reinos Combatientes y en él pesa más el taoísmo  que la mera belicosidad y el núcleo  de sus enseñanzas consiste en confundir al adversario  y rendirle sin librar la batalla. El patriarca Botín, Presidente del “Santander “, primer Banco español, entre los principales de la zona euro, en el pelotón de cabeza de los mundiales, y parece entender  la senda del Tao, arriesgándose a la globalización cuando nadie hablaba de ella y menos políticos españoles. Su preferencia es la Banca británica, a la que admira, sin olvidar  su presencia en EEUU, que considera un observatorio imprescindible para su expansión  internacional  acentuada en Iberoamérica con Brasil como núcleo duro. Hace semanas el paracaidista Hugo Chávez  le nacionalizó  el Banco en Caracas y fue, sonrió, cobró la indemnización y rehuyó un contencioso político, lleno de fango para esperar tiempos mejores.

Máxima de oro de todos los banqueros es mantener excelentes relacione con todos los Gobiernos, aleatorios y  contingentes. El legendario padre de Don Emilio  se decantó públicamente por Felipe González  y el PSOE, pero luego su hijo le negó créditos al PP. Tras el atentado de ETA contra José María Aznar, ambos se encontraron en la sala VIP de Barajas y Botín lo abrazó exclamando : “Gracias a Dios, gracias a Dios “ y sin más tomaron sus respectivos aviones y se abrió la financiación. Desde tiempo inmemorial  nuestros siete grandes banqueros almorzaban una vez al mes para susurrarse estrategias, pactar tácticas o engañarse mutuamente. Botín tenía en su cabeza su propio desarrollo y acabó por carta con estas tenidas que daban una imagen corporativa de la Banca, y eso que aún no había caído Mario Conde.

Jesús Salgado es un solvente periodista gallego que ha trabajado en los lados de la barra: como informador en prensa y televisión además como director de comunicación de grandes empresas. Ha publicado libros sobre las grandes fortunas españolas y las biografías de Amancio Ortega y de nuestro personaje “Botín. Todo por la Banca. Historia de una saga “, editado por  “La esfera de los libros”.  Botín Ríos ocupa el macizo central del libro, que está dedicado a él, y, se antecede con la historia comercial de un banquito comercial y provinciano, y que se sucede con las especulaciones sucesorias de un hombre incombustible que a sus 76 años, controla todo el día, la semana completa, y  no para de correr: cuando juega al golf  corre de hoyo en hoyo para desesperación de espectadores y caddies. Es un impaciente que no asiste a festejos, quiere informes de un folio y no soporta los circunloquios. Es tan directo que a veces corta a su interlocutor:”¿Cuántos beneficios tiene su empresa?”.

Su identificación con el “Santander “ es tal el mimetismo que  sólo luce corbatas rojas, emblema cromático de su Banco. Fue formado para la Banca por su mítico padre, Botín Sanz de Sautuola,  y de adolescente espiaba tras la puerta para escuchar conversaciones financieras. Su esposa, Paloma O Shea, católica practicante como él y desciende de la aristocracia irlandesa. Ha dedicado su familia a los hijos, a la música-es una premiada pianista- y a promocionar a los jóvenes. El Rey le ha otorgado el marquesado de su apellido por su mecenazgo cultural. Pero el marqués consorte, como Napoleón, estima que la música es el menos molesto de los ruidos. Emilio Botín es un cazador de bancos como Sun  Tzu de los ejércitos. La oveja negra de la familia es Iñaki, hermano de Paloma, condenado por su pertenencia al radicalismo abertzale.

Botín no tiene límite para su mandato ni parecer querer dejar el timón como su hermano Jaime en el “Bankinter “, pero se ha puesto de moda que le sucederá su hija primógenita Ana Patricia, a quién ha formado a su imagen y semejanza. El benjamín Javier,  es tan banquero como su hermana, aunque menos publicitado; el Patriarca es imprevisible y no duda en fichar  “a directivos de excelencia “ ajenos  al Banco. Emilio Botín es alérgico a las entrevistas y a la publicidad personal, pero, sí la lee,  se sentirá gratamente retratado en ésta ajustada biografía de Jesús Salgado

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