1/9/10

GIPSIES (1-9-2010)

El Presidente Sarkozy es descendiente de magiares trufados de sangre gitana, su anterior mujer era una Albeniz,  de origen español y prima de Ruiz Gallardón, y la actual la prostituta Carla Bruni, según la prensa iraní, es italiana. No se sabe a qué  obedece el furor xenófobo y racista que ha infectado al pequeño galo para pretender fumigar  Francia de gitanos búlgaros y rumanos en lo que se está convirtiendo en la primera deportación masiva en la Unión Europea. En el mundo anglosajón “Gipsy” es sinónimo de gracia, moda alternativa, zambra, desenfado y en Europa  se nos ha olvidado que poblaron  Auschwitz-Birkenau,  Mathausen  o Bergen-Belsen como raza inferior a extinguir , y eso que provienen de la India, útero de la idolatría nazi. Son sincréticos del catolicismo aunque están derivados  hacia las confesiones evangélicas, y el Vaticano ha pulsado el botón de alarma  antes que Bruselas. Los grandes desórdenes públicos en los cinturones de París fueron obra de jóvenes desesperados de origen magrebí o subsaharianos. Los gitanos no están en el crimen organizado, en los atracos o en el narcotráfico, aunque sí en el trapicheo. Están en la pobreza y en la desconexión social, pero acoplan su romaní al habla en la que habitan. Sólo necesitan la escolarización obligatoria sin forzar sus costumbres. Francia, secular tierra de asilo, está procediendo contra una raza limpiándose la mala conciencia con 300euros por expulsado. Cuando Gadaffi augura una Europa islámica ante azafatas y modelos a las que promete las delicias del velo y cien millones de musulmanes esperan en Turquía su ingreso en la UE, a Sarkozy solo le ocurre deportar a los zíngaros. Carla Bruni le está sentando mal.   

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