Alfredo Pérez Rubalcaba, químico
y ministro del Interior, se está pasando a la alquimia transmutando las competencias
policiales. Centralizar en el Comisario General de la Policía
Judicial, en Juan Antonio González , todas
las investigaciones sobre altos cargos públicos y personas
relevantes y, además, con carácter secreto, supone refundar la
GESTAPO de Reynard Heydrich, Protector de Bohemia y Moravia, asesinado a tiempo por un comando checo parachutado por
los ingleses. Desde la Policía Municipal
a la Guardia Civil las indagaciones sobre tan amplio espectro pasarán
por el filtro reservado del Ministro que podrá administrar la información como
políticamente le convenga, filtrándola y
metiéndola en un cajón. Los cargos públicos
son políticos, hasta el alcalde de una pedanía, pero ¿ quiénes son los personajes relevantes? , ¿ el Rey o Belén Esteban ?. Con Narcís Serra
de Vicepresidente ya espió los teléfonos móviles del Monarca el
general Manglano, a la sazón director de los servicios secretos, con la
increíble excusa de remover aleatoriamente el espacio radioeléctrico. No sé qué les pasa
a los Gobiernos Socialistas que siempre están
“escuchando”. Ésta nueva GESTAPO ¿ abundará en indicios delictivos o entrará
a saco en la intimidad de los honorables?. El Presidente Johnson se dormía
leyendo los informes sicalípticos que le enviaba Edgar Hoover, el retorcido jefe del FBI,
sobre Marlon Brando, Cary Grant o Elizabeth Taylor. El comisario González dirigió
la mentira de la detención de Luis Roldán en Laos. ¿ Qué papeles va a leer ahora el ministro Rubalcaba
en la cama?.
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