30/9/10

HUELGA EN ATAPUERCA (30-9-2010)

El Presidente Teodoro Rooselvet aconsejaba hablar tranquilo con un buen garrote en la mano. Parece el lema de nuestros principales sindicalistas que han largado el ancla en el siglo XIX cuando no permanecen   enrredados en los primeros telares de Manchester y en las lagrimeantes  obras de Charles Dickens sobre la infancia explotada. No sé si Cándido Méndez y Fernández Toxo sabrán que en el Reino Unido hubieran sido detenidos, encarcelados y procesados. Tendrán a los ingleses por fascistas. Dos horas antes de iniciar la huelga general, los piquetes ya habían colapsado Mercamadrid, gran estómago del centro de España. Han exportado el modelo y en  la Argentina ”los piqueteros” son un sindicato-bis, un partido de la porra a sueldo de quién los contrate. Apellidarse de “informativos” es una burla hipócrita en los tiempos de   hiperinformación  de las  masas; son amedrentadores con estaca y silicona. Uno de los problemas  de éste sindicalismo es semántico  porqué confunden al oportunista esquirol que se presta al trabajo de otro con el trabajador  que quiere hacer el suyo. Los franceses están haciendo  huelgas generales cada semana sin que se les confunda con los homínidos de Atapuerca y se contentan con desfilar por las calles de París,  que no es poco. Cuando después de treinta años aprobemos una Ley de Huelga desaparecerán los piquetes  y los servicios mínimos. Resulta que quién quiere  holgar no puede  estar en una lista mínima y el que desea trabajar  ha de luchar contra un transporte esquilmado. Unos al trabajo y otros a la huelga, pero siempre con una libertad inidivisible.  

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