El presidente del Banco Central argentino, Julio
González del Solar, fue puesto el miércoles en libertad tras 10 horas de
interrogatorio en el sur del país por el juez federal Pinto Kramer. González
del Solar regresó a Buenos Aires en el avión presidencial Tango 02 y
estudia con el presidente su delicada situación legal, ya que, como procesado,
no puede ostentar la presidencia del Banco Central a menos que reciba un
indulto del poder ejecutivo.A primera hora de la tarde de ayer se esperaba la
llegada a la capital del ministro de Hacienda, Jorge Whebe, quien al parecer
recibió seguridades en Nueva York de no ser detenido a su arribo al aeropuerto
de Ezeiza. Finalmente, el Gobierno, pese a la precariedad de su influencia,
logró arrebatarle el caso al juez Kramen la Cámara Federal de Apelación de
Comodoro Rivadavia aceptó el recurso gubernametal por incompetencia del juez
patagónico, quien a su vez podría ser procesado, y en 48 horas levantará
provisionalmente la congelación judicial de las negociaciones sobre la
refinanciación de la deuda exterior de Aerolíneas Argentinas. El juez Kramer,
apodado desde su juventud el Loco, no ha hecho otra cosa que
entrar como caballo en cacharrería en el complicado problema de la deuda
externa, instigado por un sector ultranacionalista de la fuerza aérea.
Los
argentinos entienden ahora que en 1976 se instauraran en el país tres
repúblicas bien diferenciadas: la del Ejército de Tierra, la naval y la aérea,
incapaces de colaborar entre sí ni durante la guerra de las Malvinas. A escasas
fechas de las elecciones, la pelea interarmas está a punto de ser reflotada
hasta las primeras, páginas de los periódicos.
Tras la
reunión mensual del teniente general Nicolaides, jefe del Ejército y
responsable de las elecciones, con sus generales de brigada y división, el
Ejército de Tierra reunió a los periodistas para formular una declaración
inusualmente dura, en la que se califica de indispensable la asunción por el
país de esos compromisos internacionales y se denuncia. "la acción
irresponsable de ciertos sectores y personas que, con el pretexto de la
renegociación de nuestra deuda externa, han generado un clima de angustia y
escepticismo que conspira gravemente contra la normalización constitucional del
país".
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