La aceleración de la campaña electoral argentina,
ya en su recta final, aporta caracteres agrios o alarmistas a estas vísperas
democráticas. El Ejército ha desmentido un supuesto plan de su autoría para
asesinar al candidato presidencial por la Unión Cívica Radical, Raúl Alfonsín;
el ex presidente Lanusse será sometido a un tribunal de honor por las
descalificaciones públicas que ha hecho de sus camaradas de armas, y Herminio
Iglesias, aspirante peronista a la gobernación de Buenos Aires, ha podido
demostrar, eufórico, que sus tres juicios por robo y violación de las leyes del
juego fueron sobreseídos.El candidato justicialista Ítalo Lúder, por su parte,
ha elevado el tono de sus ataques al radicalismo, mientras el jefe peronista,
Lorenzo Miguel, ha optado por continuar su campaña, pese al bochornoso rechazo
de que fue objeto en el mitin partidario de la capital federal.
Rumores de atentado
Sin duda,
el hecho más grave consiste, actualmente, en los rumores llegados al cuartel
general radical de que Raúl Alfonsín sería asesinado por un grupo de jefes y
oficiales del Ejército de Tierra en caso de ganar las elecciones y persistir en
su programa de reformas militares (supresión de los comandantes en jefe de cada
arma y Ejército profesional a largo plazo) y de enjuiciamiento de las cúpulas
castrenses por el genocidio cometido durante la guerra sucia contra
la subversión.La versión habría llegado a la dirección radical por confidencia
del embajador de Canadá en Argentina, y habría sorprendido una comprometedora
conversación militar en sus salones. La noticia fue reputada de absurda por el
Ejército, que ha encargado, no obstante, una investigación, pero el
calificativo fue repudiado por Alfonsín, aun cuando procuró restar credibilidad
a los hechos.
Ante el
espeso silencio público de la Embajada de Canadá, la directiva radical se
entrevistó con el jefe de la Armada, quien ofreció su total respaldo para impedir
un crimen de esta naturaleza.
El ex
presidente Lanusse, teniente general retirado, ya sancionado con falta leve por
sus recientes declaraciones a la Prensa tildando de desastrosos a los
militaresdel Proceso de reorganización nacional, será sometido al juicio de un
tribunal de honor a petición de sus pares, el ex presidente teniente general
Videla y el general Harguindeguy, que fue ministro, del Interior.
Lanuse,
requerido por el comando del Ejército, no fue arrestado inmediatamente por
diferir de la literalidad de las declaraciones publicadas. Continúa así el
intento del actual titular del Ejército, teniente general Nicolaides, por
enterrar las discusiones militares lejos de la opinión pública.
Problemas para Miguel
El jefe del
Justicialismo (en ausencia de Isabel Perón), Lorenzo Miguel, ha recapacitado
durante tres días su continuación en la campaña después de no haber podido
hablar en el multitudinario mitin peronista de Buenos Aires y haber recibido de
sus correligionarios los más severos insultos.Herminio Iglesias, candidato a
gobernador por Buenos Aires, y que también busca frenéticamente el respaldo de
la señora en Madrid, ha recibido también su ración: en un sobre anónimo
llegaron a una revista porteña cuatro fotocopias de las causas abiertas en el
archivo del crimen contra el líder peronista bonaerense por robo y transgresíón
de las leyes del juego.
Iglesias ha
declarado por la radio y televisión que "todo joven, tiene su
historia" y que "conmigo o sinmigo"
(sic) triunfará el peronismo en la provincia.
Ninguna de
las grandes empresas de sondeo de opinión opera públicamente en Argentina para
estas elecciones, y las encuestas que van publicándose oscilan entre el
partidismo descarado o el amateurismo.
No
obstante, los pocos estudios solventes continúan pronosticando la negociación
en el colegio electoral ante la incapacidad de peronistas y radicales de
obtener una mayoría clara. Parece descartado el triunfo de la Unión Cívica
Radical en Buenos Aires, capital federal (no en la provincia), y en Córdoba,
segunda capital. del, país.
Parece
claro el reparto electoral entre peronistas y radicales del electorado
suburbano y urbano. Por lo demás, cinco millones de nuevos votos son una
incógnita, y el voto rural, tradicionalmente despreciado por los peronistas,
podría inclinarse hacia Alfonsín, que levanta la bandera del cambio.
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