27/10/83

Los peronistas dudan poder lograr la mayoría absoluta en las elecciones del próximo domingo (27-10-1983)

La preocupación del Movimiento Nacional Justicialista por no obtener la mayoría absoluta en las elecciones del domingo es ya explícita. Tanto Ítalo Lúder como Deolindo Bitel, su candidato a la vicepresidencia, aluden en sus mítines a la necesidad de respetar la tradición política argentina de votar siempre y mecánicamente, en el colegio electoral, a la primera minoría en el caso de que ningún partido obtenga la mayoría absoluta.

Por otra parte, el giro de su campaña electoral ha sido de 180 grados, sustituyendo numerosas filmaciones de Perón ante concentraciones dedescamisados por dulces ilustraciones animadas, y emitiendo la marcha peronista en una versión rock menos agresiva que la original. No obstante, existen diferencias en el cuartel electoral justicialista entre quienes desean fortalecer la imagen de Lúder como candidato para todos y los que creen que hay que limitarse a asegurar sus votos tradicionales.El temor suscitado por la irreprochable campaña electoral de los radicales ha perjudicado también al peronismo, que modifica la programación de sus actos en función de los pasos que da Raúl Alfonsín. Ayer éste cerró la campaña en Buenos Aires con un acto masivo en la avenida Nueve de Julio! Los justicialistas cancelaron su cierre bonaerense en la localidad de Avellaneda para concentrarse mañana, dos días después que los radicales, en el mismo lugar, en un nuevo pulso por reunir a más partidarios que sus antagonistas.

Los observadores menos comprometidos partidariamente, estiman que la presunta equiparación electoral entre peronistas y radicales beneficiará a la larga al país. El anterior bipartidismo imperfecto ya demostró históricamente su ineficacia, y se estima que una alternativa poderosa al futuro Gobierno será el mejor freno al aventurerismo militar.

La amenaza sindical

Al mismo tiempo, se tiene la certeza de que muchos simpatizantes peronistas que votarán la fórmula Lúder-Bittel para la presidencia votarán pata diputados y senadores a políticos de otros partidos, dándose por segura una minoría peronista en el Congreso. Ello facilitaría en el futuro inmediato, acortar el mandato presidencial de seis a cuatro años.En el caso más que probable de que peronistas y radicales obtuvieran minorías muy próximas, la discusión entre bastidores para la elección en el colegio electoral sería dramática.

Los peronistas no aceptarán que una coalición radical con otros partidos provinciales y nacionales les arrebate el triunfo y presionarán al máximo con la amenaza de sus movilizaciones sindicales. Pero, pese a las afirmaciones de Lúder y Bittel, se da por seguro que la dirección peronista haría la maniobra contraria pactando con otras fuerzas para obtener el poder si quedan segundos.

Intransigentes, federalistas y desarrollistas, que se repartirán los tercer, cuarto y quinto puestos, se dejan querer y mantienen las dudas sobre a quién otorgarán sus votos electorales.

Fuentes solventes de la política y la diplomacia aseguran, por lo demás, que el compló de un grupo de jefes y oficiales para el asesinato de Raúl Alfonsín existe, y que el embajador canadiense que filtró la noticia a la directiva radical habría sido sólo el recadero de la confidencia por parte de Washington.

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