20/11/10

LA MEMORIA COMO SENTIMENTALISMO (20-11-2010)

En estos asuntos más políticos y sentimentales que históricos conviene vendarse antes haciendo una confesión de parte: soy hijo único de un afiliado al Partido Comunista, voluntario del Quinto Regimiento de Líster y El Campesino, de Galán y de Modesto, motorista de enlace con el frente de El Pardo donde un proyectil de obús  de los sublevados le dejó cojo y ciego. Viví una postguerra de miseria hasta que un profesor de Filosofía explicó en el aula que un cerebro bien organizado debe saber olvidar para  abrir hueco a otros conocimientos. Educandos  guasones cuando no sabíamos la lección arguiamos  que estábamos reamueblando   el cerebro. No habíamos  leído a Menéndez y Pelayo  pero ya intuíamos  con él que la memoria es el talento de los tontos, y estábamos con Robert Louis Stevenson asegurando que su memoria  era magnífica para olvidar.

En la biblioteca del Congreso estadounidense se guardan cientos de miles de volúmenes sobre la Guerra Civil española y José Antonio Samaranch habrá legado la mayor bibliografía sobre la tragedia  que existió en España. De los sucesos de 1936 a 1939 y  sus secuelas se ha escrito tanto y con mayor apasionamiento como de la Segunda Guerra Mundial. Leí todo lo que pude sobre ambos bandos (  no  era difícil  encontrar  bajo el franquismo libros prohibidos ) y entendí que la invalidez de mi padre era fruto de los errores de los hombres, actores de una tragedia superior a una  guerra fraticida, recuperando mis adolescentes lecciones  sobre las bonanzas del olvido.

Es un atavismo  de la Humanidad recuperar  restos queridos  aunque sea para incinerarlos, pero la ley de la Memoria Histórica no es humanitaria sino el enésimo intento del Presidente Zapatero y sus cabezas de huevo de enlazar con el franquismo saltándose la transición política  para hacer triunfante a la II República. Las neuronas también saben borrar los recuerdos que no placen. Respeto y entiendo a los hijos de los republicanos como yo que buscan a sus deudos en las cunetas y en las bardas de los cementerios, pero resulta  patético  el movimiento del barranco de Víznar para dar con algún hueso de Federico García Lorca, empeño en el que sabiamente no colabora la familia. Las técnicas de ADN son lentas,  carísimas y nos llevaría décadas saber quién es quién. La verdadera misión de la Historia consiste en presentar los  acontecimientos  y dejar las observaciones y conclusiones para que las haga cada uno con libertad de juicio.  Mirabeau  escribía: “  ¡Torturas, mortandades, patíbulos:  he ahí la Historia ¡”. La Historia es una carnicería. No removais  constantemente todo eso, para interrogar  el pasado de noche  y sangre. Es hacia el porvenir  donde hay que buscar la luz”. Zapatero, que nunca ha entendido la socialdemocracia que junto a la Democracia Cristiana levantó Europa, prefiere llevarnos a la ceremonia de Valpurgis. Franco murió hace 35 años y ésta volátil dirigencia socialista pretende mantenerle en  respiración asistida,  cuando el número dos  del PSOE no recuerda  el año del óbito del dictador. El trajín sobre la abadía del Valle de los Caídos es patético, pataleta infantil y probablemente sacrilegio. He preguntado a neurólogos amigos si Adolfo Suárez sufre mentalmente, y me dicen que no. Es paradigmático que quién fuera Secretario General del Movimiento y obstetra de la democracia, habiéndolo olvidado todo es el político más sabio de España. En vez de osamentas rescato la apelación del último discurso en campo abierto del Presidente don Manuel Azaña, dirigido a todos los  contendientes:….”Paz, piedad,  perdón”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario