20/11/10

UNA ASPIRINA SOLITARIA (20-11-2010)

El avión que  lleva a la capital boliviana, La Paz, no aterriza sino que se posa en un aeródromo que por algo se llama “El alto” a más de cuatro mil metros de altura. A pié de escalera me desmayé. Afortunadamente en el “Sheraton” el servicio de habitaciones   sirve con igual diligencia un té de coca, un emparedado o una bombona de oxígeno. Fui a cambiar unos pocos dólares al mercado negro y me entregaron la vuelta en varios bolsas de plástico, tal era la devaluación real del peso. Unas hojas de coca para mascar (  hacer  “ acullico “) las pagabas con fajos. No cediendo mi “ soroche “(  mal de altura ) pedí aspirinas y me dieron una. Reclamé una caja y me miraron pensando: “Cuanto le debe doler la cabeza a éste gringo “. Leire Pajin ha decretado unidosis para ciertos grupos terapeúticos. No es que la indocta sea un rayo ministerial sino que ha sacado del cajón el mismo proyecto del gobierno del Partido Popular con Romay Beccaría  y de su antecesora Trinidad , y que por distintas circunstancias no llegó a implantarse. La unidósis en Iberoamérica atufa a crisis económica  crónica y pobreza a largo plazo. En Argentina proliferan  bandas especializadas en robo de medicamentos. No me atrevo a criticar la medida porque hay médicos en pro y  contra , pero la aspirina solitaria me melancoliza trayendo recuerdos de tierras depresivas y desgobernadas con billetes de un millón de pesos, precio de un café en la barra. Las multinacionales  de farmacia acabarán cobrando el lucro cesante. 

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