Un ginecólogo amigo recibió a una adolescente que solicitaba la
píldora del día después. Le informó que él atendía a mujeres que se controlaban
periódicamente o a enfermas y que es él consideraba que el embarazo no es una
enfermedad. Fue denunciado. Bandera negra pero la mayoría de las maternidades y
derrape moral con otros mecanismos de ingeniería social que no son
reclamados ni por la mayoría social de
las mujeres. Cuando Felipe González propició
hace 25 años la primera ley del aborto se estimó suficiente ya que incluía el
coladero del supuesto psicológico. Quienes se sintieron ofendidos fueron
razonables y mansuetos. Conservadores,
católicos y cristianos aceptaron la mayoría y el PP con mayoría absoluta no
derogó la ley. Ahora hay aborto hasta las 22 semanas que ya roza la carnicería y las niñas desde los 16 años
tendrán su legrado sin consentimiento paterno alegando coacción, que haber con
qué clase de metro se mide. Habrá más aborto, más negocio y vuelos charter para
el” turismo abortivo”. Contamos con un nivel disparatados de embarazos no
deseados porque toda la parafernalia farmacológica que ha conseguido la
medicina en un siglo para liberar sexualmente a la mujer y hacerla dueña de su
propio cuerpo se ignora porqué no se educa. Especialmente entre los jóvenes se
detecta mayor analfabetismo sexual y no saben
dónde está la próstata o las
Trompas de Falopio y no saben para qué sirven. La calle del medio es el aborto.
Los nazis desarrollaron éstos problemas muy bien con las Leyes Raciales de
Nuremberg nosotros dentro de otros 25 años, más.
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