Una de las características
de la gobernación de Rodríguez Zapatero es la obsesión que padece por la
ingeniería social, extraída del republicanismo activo expresado por su filósofo
de cabecera Petit, de ciencia más corta que su apellido. La ingeniería social
es como el pensamiento único o el pensamiento circular que impiden el
desarrollo lineal y progresivo de las ideas, y atoran las capacidades de toda sociedad para
regenerarse y crecer sobre si misma sin ningún tipo de tutelas. Educación para
la ciudadanía para lograr escolares unánimes. Entendimiento teórico y práctico
de las Fuerzas Armadas. Administración paritaria compuesta por ministras de
cuotas y feminismo de barricada. Transformación de la Constitución mediante la
modificación alza de los Estatutos Autonómicos, la suma de los cuales
conformaran otra ley de leyes superadora a la del 78. Ésta en el horno una
nueva ley de libertad religiosa con crucifijos de ida y vuelta. Po cierto: el
escudo de España, símbolo público por excelencia, está rematada con un
crucifijo. ¿Desaparecerá esto también por imperativo del laicismo?
Como en los inquietantes
relatos de Henry James había que darle otra vuelta de tuerca al aborto cuando
no había ningún reclamo público ni en la sociedad femenina. No existe una mujer
que lo hubiera querido ha dejado de abortar en estos últimos veinticinco
años y es una falacia propagandística
que a alguna de esas desdichadas haya terminado encarcelada aún saltándose
todas las normas establecidas. Ha crecido el número de abortos y el de
embarazos no deseados lo que demuestra una sensualidad enferma. La Educación
colegial y familiar es muy deficiente y la ayuda a la gestante que no desea o
no puede tener su hijo es inexistente.
Da que pensar que en estos momentos en España no haya suficientes niños en
adopción y las parejas estériles deban acudir a China, Rusia o Hispanoamérica
cuando ciento de miles de fetos triturados se van a la basura quirúrgica. Y la
extensión a los dieciséis años al derecho a abortar sin el consentimiento
paterno destruye a la familia.
Organizaciones feministas consideran insuficiente a ésta reciente
promulgada ley. ¡Como no sea obligatorio!
A las premenstruantes todavía les
espera una tercera vuelta de tuerca.
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